A lo mejor, quieres escribir algo para desconcertar a quienes te leen. Y ese algo te exige mucha creatividad , mucha innovación. ¿Qué harás si no las tienes? Nada, pues la creatividad no se tiene, se desarrolla. Y aunque tus escritores favoritos puedan tener muchos dones, se hicieron tus favoritos al ser muy buenos para ejercerla.
Para empezar, no vas a crear de la nada, sino de algo que ya estaba hecho. Lo que han hecho o hicieron tus escritores, compositores o guionistas favoritos es innovar. Los favoritos de ellos (y ellas) también, y así sucesivamente.
Innovar sí es un acto de creatividad , desde lo que ya existe. Para que te hagas una idea, mira: Everything is a remix .
Con lo dicho atrás, quizás extrañes aquello que será único en tu creación. En realidad, gran parte de tu creatividad vendrá de tu experiencia personal y tu comprensión del mundo.
4 consideraciones cuando quieras desarrollar tu creatividad Piensa en tus vivencias y conocimientos. Busca respuestas a preguntas que ya has tenido. Di lo que habrías querido escuchar. Habla de lo que otros hablaron, desde tu óptica, con tu tono de voz, pues tu creatividad quizás no esté la idea que propongas, sino en el modo de proponerla. Investiga y vuelve a investigar Para innovar, debes conocer lo que ya está, para no decir lo mismo en otras palabras. Cada cosa que has aprendido tiene detrás una gran historia de cambios y constantes. Vuelve a leer a tus favoritos; repasa sus vidas, confesiones y entrevistas; descubre sus técnicas y temas. Y compara todo con tu propia experiencia.
Actualízate en ensayos, opiniones, historias, noticias y tendencias; mira cómo te afectan, sin atiborrarte de ellos. Estúdialos a fondo y en forma; guarda solo los que te importen más, con notas tomadas a tu modo, para que puedas volver a ellos, pues serán el insumo de tus creaciones.
Prográmate, desconéctate: dispara la creatividad cuando desarrolles textos Para crear, necesitas mucha concentración:
Asegúrate de no tener tareas ni aparatos que te distraigan. De estar bien alimentado y ejercitado, de haber descansado y socializado en las medidas que requieres.
Alista los elementos que necesites para escribir (tu cuaderno o tu computadora, acceso a tus notas y grabaciones, a diccionarios y a manuales de escritura; a música preferida o snacks saludables mientras trabajas).
Prepara tu lugar: luminoso, alejado de ruidos y visitas indeseadas, lleno de imágenes inspiradoras. Prepara tu momento: las horas en que hay menos tráfico y trajines en casa son las mejores.
Aíslate, todos los días, a la misma hora y en el mismo lugar, si puedes. Si tienes que cambiar de lugar u horario, trata de recrear todas las condiciones anteriores y mantener la rutina aun cuando estés bloqueado.
Toda gran obra fue primero un borrador, todo borrador muchos garabatos Bradbury sugería escribir una historia por semana. Carpentier escribía dos páginas por día. Esperaban que muchas no fueran grandiosas. Si sostienes tus hábitos para desarrollar tu creatividad con expectativas similares, te librarás de la ansiedad que produce “escribir algo muy bueno”. Si lo que se te ocurre no tiene sentido, igual escríbelo. Después lo corregirás o usarás para tener otra idea.
También puedes transcribir tus obras favoritas, para asimilar sus estilos. Mientras tus ojos lean algo que escribiste y tus manos plasmen algo que pensaste, tu cerebro se dedicará a crear.
Varía y estimula tu cerebro Aunque atrás hay sugerida una rutina, tu vida no se limita a ella. De vez en cuando necesitarás tomar aire y distraerte. Hazlo sin temor. Así mismo, te serviría:
Caminar fuera de tus sitios seguros y regresar por una ruta diferente. Dormir y anotar lo que soñaste. Usar tu mano no dominante para tareas básicas. Masticar chicle. Ir a un lugar concurrido y mirar qué hace la gente. Escribir a mano (si lo haces en computadora). Estimular tu olfato. Acercarte lo más que puedas al mundo silvestre. Practicar algún deporte. Retomar los juegos de mesa, rompecabezas y retos de concentración. Cocinar recetas nuevas. Tomar té (prueba sabores diferentes). Compartir con tus seres queridos (sin importar a qué especie pertenezcan). Ingresa a redes sociales como Quora y pide ayuda. Persiste en todo lo anterior y te acostumbrarás a la creatividad.
Fuentes
Conversaciones con Alejo Carpentier, de Ramón Chao (1998). En: Escritores en su tinta (Fernando Vásquez, 2008)