Por lo tanto, incluye todas las técnicas de investigación , gestión y comunicación empleadas en el diseño y la realización de las acciones estratégicas de una campaña política (Álvarez, s.f.).
Para adentrarse en la política, hay que usar la seducción para llegar a los votantes. También es clave generar una buena imagen, ya que esta afecta en el proceso electoral. El objetivo es crear fidelización de los votantes hacia los políticos. Y, para ello, es muy importante contar con un buen plan de marketing.
Además, hay que tener en cuenta el uso de las TIC (radio, televisión y medios digitales, especialmente redes sociales) como plataformas para darse a conocer y crear vínculos.
Este tipo de marketing implica un arduo trabajo. Detrás de cada político hay todo un equipo que le dice qué hacer, qué decir y a través de qué medios difundir su campaña (Ayala-Chavez, 2021).
Características del marketing político Así pues, podemos destacar tres rasgos característicos de este tipo de estrategia:
Pretende la mayor difusión en los medios de comunicación. Por lo tanto, da mucha importancia a los digitales, las redes sociales y la imagen.
Utilización de ciberpolítica Emplea tendencias digitales para llegar a los votantes. Por ejemplo, usa hashtags , videos, frases y acciones mainstream .
Usode mensajes en video Los que van dirigidos a los votantes mejoran la imagen del líder político. Además, son más efectivos que un comunicado de prensa o un mensaje escrito publicado en redes (Comunicare, s.f.).
7 estrategias del marketing político Veamos ahora cómo se hace, exactamente, para ganarse la confianza de los votantes. ¿Qué técnicas concretas de marketing político se llevan a cabo en el marco de una campaña electoral?
1. Análisis del electorado Es el primer paso antes de una campaña. Por esto mismo se tienen en cuenta las preocupaciones, la clase social, el rango de edad y el contexto de la ciudad o el país de los votantes (Comunicare, s.f.).
2. Imagen de marca Pretende aumentar el carisma y la influencia de los políticos mediante su imagen, gestos, vestimenta o lenguaje (Comunicare, s.f.).
3. Difusión de contenidos Se trata de la promoción de las ideas de un candidato político. El motivo es que eso ayuda a crear una imagen confiable de este. Además, puede implicar acciones divertidas y cercanas (Comunicare, 2019). El branded content consiste en generar contenidos relacionados con tu marca (en este caso, una opción política) para atraer al consumidor final y aumentar su confianza (Florido, 2019).
4. Interacción en redes sociales Ciertamente, Facebook y Twitter se han convertido en una poderosa herramienta de comunicación en el ámbito político. En estas plataformas, se informa sobre medidas tomadas o proyectos futuros…y se contacta directamente con la ciudadanía (Comunicare, s.f.)
Puede contarse, incluso, con el apoyo de un influencer . Es decir, de una persona con presencia e influencia en las redes, que hace recomendaciones y resulta convincente. Esta persona tiene una audiencia de cierto tamaño, buena relación con ella y recomienda solo aquello en lo que confía realmente (Ortiz, 2020).
5. Empleo de medios de comunicación tradicional Por supuesto, siguen siendo importantes la televisión, la radio y los medios impresos (Comunicare, s.f.)
6. Organización de eventos Los mítines u otro tipo de actos son buenos momentos para captar votantes y transmitir una imagen cercana. El motivo es que refuerzan los ideales del electorado y fidelizan a los votantes (Comunicare, s.f.)
7. Anticiparse al futuro El coolhunting es un procedimiento de investigación de tendencias que intenta captar las señales de elementos cool cuando empiezan a vislumbrarse. Además, con este se busca ayudar a empresas y profesionales a adaptarse a las mismas y ser más competitivos e innovar en el mercado (Bello, 2021). Al marketing político también le conviene anticipar los cambios sociales que se avecinan y la influencia que estos tendrán en los votantes.
Hay que tener claros los objetivos de una campaña. Es necesario conocer el público al que se va a dirigir. Conviene conocer las fortalezas y debilidades de la opción política que se defiende. Es preciso saber cómo se está posicionando la competencia. Con todo lo anterior, hay que identificar posibles problemas y oportunidades. Por último, en este tiempo hay que aprovechar los medios digitales. Internet permite una relación individualizada y personalizada con un número infinito de usuarios. Y la organización política o el candidato pueden interactuar individualmente con ellos. En las redes sociales esta interacción es enorme y el mensaje electoral se difunde con un bajo costo y a gran velocidad. Además, estas plataformas digitales permiten una permanente actualización de bases de datos, evaluación y mediciones de incidencias en tiempo real. También ofrecen la oportunidad de conocer opiniones, temas de interés… Y, por supuesto, dan una imagen de modernidad (Álvarez, s.f.). Un caso de éxito de marketing político En las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016, Bernie Sanders, senador junior por el estado de Vermont y precandidato del Partido Demócrata, tenía menos del 3 % de las intenciones de voto en las primarias del partido.
Así que, para solucionar su falta de financiamiento elaboró una estrategia de recaudación de fondos online , contactando a cada elector con un mensaje personalizado. El resultado de esta campaña, orientada por un análisis de datos, fue increíble: $218 millones de dólares conseguidos de pequeños donantes.
Lo que hizo Bernie Sanders para ser relevante fue invertir en producir contenido. Por lo tanto, grabó más de 550 videos hablando sobre sus propuestas. Y estos generaron más de 42 millones de visitas en Facebook. Así, Sanders vio al 3 % transformarse en un 43 %, y estuvo muy cerca de ganar las primarias (Grapsas, 2019).
En definitiva, podemos decir que el marketing político determina, en gran medida, los resultados electorales. Además, requiere poner en práctica diversos recursos (humanos y técnicos) para generar confianza en los posibles votantes. Es por eso que en la actualidad se desarrolla de forma clave en el mundo digital, especialmente en las redes sociales.